viernes, 29 de enero de 2010

Mirarnos

Ayer estaba haciendo limpieza y pasé por delante de un espejo. Me paré y me miré. Fue realmente revelador, me di cuenta de que no suelo observarme en el espejo, ni vestida ni (por supuesto) desnuda. Intento no mirarme porque supongo que, inconscientemente, quiero obviar mi imagen real. Así que ayer decidí no hacerlo, me planté, me contemplé y me dije que no estoy como me empeño en hacerme creer a mí misma, estoy como me estaba viendo en ese momento, ni más ni menos. Es curioso porque a veces no me siento gordita, logro olvidar los kilos que me sobran y no soy consciente. Es por eso que creo básico el ejercicio de mirarnos, mirarnos vestidos y desnudos en el espejo, observarnos, aceptar que ese es nuestro cuerpo y que está en nuestras manos cambiarlo. Percibirnos con cariño, no odiando ese cuerpo, pero sí analizando las consecuencias de seguir aumentando de peso o de no bajarlo. Tenemos que tener una muestra de amor hacia nosotros mismos y decidirnos a cuidarnos porque nos queremos y deseamos tener una mejor calidad de vida ahora y en un futuro.

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