martes, 22 de diciembre de 2009

DIETAS MILAGRO I: Dieta disociada

Hoy os hablaré de una de las dietas milagro, la famosa dieta disociada. Es importante que sepamos los pros y contras de las dietas que tienen fama de hacernos bajar de peso rápidamente pero de las que no sabemos a costa de qué. 
Esta dieta promete una pérdida de hasta cinco kilos en una semana, en la que “se busca movilizar los depósitos de grasa del organismo, quemar las reservas de glucógeno y eliminar agua”. Permite realizar hasta seis mini comidas al día, no incluye pan ni aceite. La duración de esta dieta es de una semana, normalmente. No indica cantidades de alimentos ya que se puede tomar lo que se quiera siempre que sean del mismo grupo. El domingo es el día libre y se puede comer lo que se quiera siempre que los alimentos sean bajos en grasa e hidratos de carbono complejos.

Un uso continuado de una dieta de bajo valor calórico como ésta conlleva alteraciones gastrointestinales, malestar general, mareos, intolerancia al frío, sequedad de la piel, pérdida de cabello, contracturas musculares, amenorrea en mujeres, insomnio, ansiedad, irritabilidad y depresión. Además, provoca un aporte excesivo de proteínas y grasas, e insuficiente de hidratos de carbono, lo que ocasiona pérdida de glucógeno. Esta dieta puede producir descalcificación ósea y daños renales por exceso de nitrógeno, así como fatiga y mareos por falta de hidratos de carbono, ya que la glucosa, un substrato deficiente aquí, es la principal fuente de energía para el organismo. Además, este régimen provoca una gran pérdida de líquidos y electrolitos, lo que favorece la deshidratación y en consecuencia el déficit en vitaminas hidrosolubles. Eleva los niveles de colesterol y triglicéridos, pudiendo proporcionar hasta 1.500 miligramos de colesterol al día, factores de riesgo cardiovascular. Por si todo lo anterior fuera poco, también aumenta los niveles de ácido úrico y puede provocar ataques de gota en personas con hiperuricemia. Se pierde proteína muscular e incluso proteína visceral, puesto que el organismo la emplea como fuente de energía. La falta de hidratos de carbono produce un exceso de acetona y otros cuerpos cetónicos en el organismo (cetosis), ya que el cuerpo se adapta a la situación y utiliza las grasas como substrato energético con el fin de evitar la degradación de proteína muscular y visceral. Como consecuencia de la cetosis se produce halitosis, pérdida de apetito y sensación de náuseas. Cabe destacar que el escaso aporte de fibra de esta dieta favorece el estreñimiento.Con esta dieta tendríamos un déficit de hierro, magnesio, zinc y vitaminas A, D y E.

Os seguiré informando de los efectos perjudiciales que pueden tener otras dietas "milagro" que prometen pérdidas de peso rápidas y sin hacer hincapié en la educación alimentaria tan necesaria en estos tiempos en los que queremos todo rápido y sin esfuerzo. 

Fuente: Curso de dietética Barcelonactiva. 



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